
En El Aula Today hemos decidido acompañar a todos aquellos docentes que celebran este San Valentín en la más absoluta soledad, rodeados únicamente de su cuadernillo de notas. Para ello, vamos a repasar las cinco razones más frecuentes por las que los profesores y profesoras deciden romper sus relaciones sentimentales. ¡Toma nota, que esto entra en el examen!
- Ser profesor/a de Educación Física y pillar a tu pareja diciendo que su novio/a «da GIMNASIA».
Un clásico. «Sí, sí, todo el día en el patio jugando a balón prisionero o al pañuelo. Bueno y ahora hace acrosport o algo de eso, creo», suele ser el tipo de frase que empeora aun más la situación. Si te echas un novio/a que sea profe de Educación Física, no olvides que gimnasia es el «Voldemort» de las palabras docentes. Así que, si no quieres liarla, puedes referirte a esta asignatura como «la que no debe ser nombrada». - Tener puente y que tu pareja te diga «qué bien vivís los maestros, eh…» mientras te da con el codo como quien no quiere la cosa, causándote hemorragias internas en el corazón.
Muy duro. Cada año cientos de docentes se llevan el palo más grande de toda su vida al comprobar que esa persona que llevaban meses conociendo y que parecía ser diferente al resto, no ha podido resistirse a pronunciar la frase más repetida por los españoles desde el año 6000 a.C. Si tan bien crees que vive tu pareja docente, no te cortes y estudia magisterio, así podrás vivir genial cada día, en tu clase con 25 niños con sus 50 padres y madres. - Criticar a una compañera del colegio POR LA RAZÓN QUE SEA y que tu pareja no solo no te dé la razón, sino que intente entenderla y justificarla.
Error de principiante. Si tu pareja docente llega a casa y te cuenta que la tutora de 4ºA mató a Kennedy o inventó el brócoli, tú le dices que te lo imaginabas porque tenía mala pinta y que, por suerte, él/ella es mucho mejor persona y debería ganar el nobel de la paz, o un Goya, o algo. - Decirle a tu cuñado que ayudarás a tus sobrinos o primos con «unas dudillas que tienen de matemáticas» sin consultártelo.
«Si a ti no te cuesta nada, ¿a que no?», suelen decir las parejas de los docentes, sin saber que acaban de pulsar el botón nuclear y la relación va a explotar por los aires. Recuerda, que tu pareja docente trabaje con niños no significa que quiera pasar el resto de su vida con ellos. - Recibir un mensaje de tu pareja y ver que ha escrito haber cuando quería decir a ver.
En este caso no hay duda, da igual que tu pareja sea o no docente. Si haces eso, mereces la soledad. Pero si tu pareja es docente y haces eso, mereces la soledad y elaborar una adaptación curricular significativa. ¿Que qué es eso? Pregúntale a tu expareja docente.
Seguro que si eres docente has utilizado alguna de estas cinco razones. Y si no lo eres pero tu pareja es profe, esperamos que aprendas de estos errores tan comunes. Tienes una joyita, ¡no la pierdas!