
Parece que el teletrabajo ha cambiado muchos hábitos de los docentes. Sin embargo, viejas costumbres no parecen haber cambiado demasiado. Es el caso del profesor de tu colegio que siempre intenta escaquearse de hacer patio. Durante el confinamiento, al no poder hacer uso de alguna de sus creativas excusas, ha decidido quitar el wifi cada día a las 11 «por si acaso», evitando, de forma magistral, ser contactado si le tocaba hacer alguna tarea de supervisión, aunque fuese a distancia.
«Yo no me la juego, ¿sabes? Llevaba años diseñando un protocolo de actuación para confinamientos y está funcionando a la perfección», comenta tu compañero. «Ya sé que ahora no hay que cuidar patio, pero nunca se sabe quién puede ponerse en contacto contigo para pedirte un favorcillo o vete tú a saber…así que lo mejor es cortar la línea de teléfono y quitar el wifi por si las moscas»
Además de ejecutar su sofisticado plan de actuación, el docente ha trasladado su domicilio durante la cuarentena a un viejo búnker de la Guerra Civil, sellado y completamente inhibido antes posibles comunicaciones provenientes del exterior.
Por otro lado, las últimas noticias indican que la profesora de tu cole que siempre falta a clase el día antes de empezar un puente podría haber aprovechado el confinamiento para elaborar cientos de excusas y no tener que acudir a trabajar hasta mediados de 2021.